-- “Lo digital devora el mundo”, advirtió hace ya unos años el gurú de Silicon Valley, Marc Andreessen*, y también desde hace un tiempo, está absorbiendo el periodismo.
Hasta hace unos años, no demasiados, los periodistas dependían para elaborar las noticias de convocatorias y notas de prensa, de sus fuentes, de expertos y de la línea editorial de su medio.
Ahora, además de todo lo anterior, tenemos que estar pendiente de las nuevas cajas negras de la era digital para clasificar, seleccionar y distribuir la información: las redes sociales, los motores de búsqueda (básicamente, Google) y Facebook.
Todas estas herramientas sirven para catapultar una información, pero también, tienen capacidad de ocultarla. Los nuevos redactores jefes son los algoritmos, que filtran el acceso de los lectores a ciertas informaciones por medios automáticos.
Los algoritmos “suponen” lo que queremos leer, escuchar y ver. En nombre de la pertinencia y la personalización ejercen un nuevo poder cuasi-soberano.
Podemos ser optimistas y proclamar que la información finalmente nos encontrará, aunque no es siempre el caso porque incluso codificado por los seres humanos, estos algoritmos no son transparentes y sus fórmulas, a menudo opacas, carecen de una estructura que favorezca la divulgación de la información.
¿Y cuál es el papel del periodista y de los medios de comunicación?
Aprovechar el poder de estos algoritmos, humanizando los datos, tirando de contextualización cuando los usamos, entendiendo las nuevas herramientas digitales y sabiendo que al final, el contenido es el rey y tendrá maneras de sobrevivir y de impulsarse a sí mismo a través de las mismas vías: el boca a boca también funciona en el mundo digital.
Fuente : franbarquilla.com
* Marc Andreessen
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